GQ:
Buenas tardes, señora Martorell. Le agradezco que haya accedido a esta
entrevista.
MM:
Muchas gracias a vosotros por la invitación.
GQ:
Usted acaba de presentar un libro en el que enfatiza que la democracia es un
problema. Puede usted explicar a nuestros radioyentes por qué la democracia es
problemática.
MM:
Sí, claro, con mucho gusto. La cuestión no es fácil, desde luego. En principio,
yo considero que es importante realizar una autocrítica sobre la democracia que
hasta este momento no se ha realizado.
GQ:
¿Por qué cree usted que no se ha realizado esta autocrítica de la democracia?
MM:
Porque no conviene, porque resulta políticamente incorrecto. La inmensa mayoría
de las personas han asumido que la democracia es la mejor forma de gobierno, y
no están dispuestas a debatir sobre este punto.
GQ:
¿Si la inmensa mayoría de la gente cree que la democracia es la mejor forma de
gobierno, no considera usted que es una razón suficiente?
MM:
No, en absoluto. Hace quinientos años la inmensa mayoría de la gente creía que
el Sol giraba alrededor de la Tierra. Fueron Copérnico y Galileo los que
demostraron que no era cierto. Ahora la mayoría cree que la democracia es la
mejor forma de gobierno, pero yo quiero plantear una revolución copernicana
sobre ella.
GQ:
¿Sería usted la primera en criticar a la democracia?
MM:
No, ni mucho menos. Los griegos fueron los inventores de la democracia, como
todos sabemos, lo que no se ha divulgado mucho, porque no conviene, es que las
mentes más brillantes de aquella época estaban en contra de la democracia. La
criticaban mucho.
GQ:
¿Cuáles eran esas mentes más brillantes que criticaron a la democracia?
MM:
Platón y Sócrates se burlaban de la democracia, también se opusieron a la
democracia Aristófanes, Sófocles. Aristóteles se refirió a algunas de las
aberraciones en las que podía incurrir el gobierno del pueblo, por ejemplo, la
oclocracia, es decir, el gobierno de la muchedumbre, que es lo que ocurre
ahora. Pero yo quiero hacer una crítica más profunda y radical sobre la
democracia.
GQ:
Entremos en materia, usted asevera que la democracia ocasionará el colapso de
la civilización en menos de cincuenta años. ¿Puede explicarnos por qué tiene
usted esta visión tan catastrofista de la democracia?
MM:
Yo no la llamaría catastrofista, sino realista. Para entender el grave problema
de la democracia, no hace falta más que ver sus síntomas, como es la pérdida
absoluta de respeto por la autoridad. Lo que está ocurriendo en España ahora es
muy alarmante: no sólo lo que vemos en la calle, las manifestaciones vandálicas
de los antisistema que atacan a la autoridad, sino que también hay otros
síntomas de la enfermedad que son muy alarmantes, y que no aparecen en los
telediarios, pero que están ahí. Son problemas muy graves.
FRAGMENTO DE PARA MAYOR GLORIA DE BACO
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